martes, 9 de agosto de 2016

Cuando yo tenía cinco años, me maté [Reseña]

Opinión

Interesante historia narrada por un niño, que nos revela su vida y la forma en la que percibe el mundo. La situaciones reales y sus invenciones sobre la realidad. 

Nos hace testigos de la injusticia, si es que podríamos llamarla así, a la que lo someten los adultos a su alrededor, debido a que juzgan su comportamiento erróneamente. Su "mala" conducta, que es una causa del trato que recibe de sus padres y demás adultos, es señalada como comportamiento agresivo y sociopata. Aunque en realidad no quiere lastimar a nadie, por más que repita "Quiero matar a alguien" en algunas ocasiones (como levantarse muy temprano), pero es un pensamiento que hasta en nuestra edad adulta tenemos de forma involuntaria.

En realidad, su única intención fue ayudar a Jessica, nunca quiso hacerle daño.

No hay mucho que revelar sobre este libro, que va del pasado al presente en cualquier momento, una historia narrada en la inocencia, y aunque en algunas partes tenga la invención que tienen comúnmente los niños y lo que nosotros podríamos considerar mentiras, es en realidad su lenguaje para hablar de si mismos. 

Me hubiese gustado que la historia fuera más larga, pero dura lo necesario para hacernos reflexionar sobre el como tratamos a los niños, de la forma en cómo vemos todo: forma adulta, cuando en realidad, para entenderlos deberíamos verlos como ven ellos el mundo: forma infantil.

Fragmentos

―Papá, ¿cuánto cuestan los postigos azules? ―pregunté en la cena.
―¿Por qué?
―Quiero poner en mi castillo.
―Mientras yo viva no construirás otro castillo.
―Vale ―dije yo―. Pero dime cuánto cuestan, para cuando te hayas muerto.

Quien hace un héroe de sí mismo crea por el mismo acto un villano exterior, transfiriéndole así la autoría de las malas acciones y aliviando, por transferencia, la propia culpa.

Yo estaba llorando.
―Rudyard, adentro me pasa algo. Soy diferente a los demás.
Rudyard me ha pellizcado la cabeza y me ha hecho así en el pelo y yo me he apretado contra él.
―Yo también, Burt. Vamos.


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