domingo, 7 de enero de 2018

El 6 de enero Syd Barrett cumpliría 72 años.

Líder y cofundador de Pink Floyd.

Su nombre real es Roger Keith Barrett, pero adoptó el “Syd” inspirado en el cómico Sid James.
Fue invitado a unirse a la banda conformada por Rick Wright, Nick Mason, y Roger Waters llamada “Sigma6”, pero al integrarse Barrett propuso cambiar el nombre a The Pink Floyd Sound, (que más tarde solo sería Pink Floyd) inspirado en dos músicos de blues: Pink Anderson y Floyd Council.

Rápidamente se convirtió en el líder de la banda, con su personalidad histriónica y su locura creativa, era capaz de atraer el foco de la gente, y pronto, el de los estudios Abbey Road. Marcando así el éxito inicial de la banda con los dos álbumes: The Piper at the Gates of Dawn (1967) y A Saucerful of Secrets (1968).

Lamentablemente, en la década de los setenta, mientras la banda se iba haciendo cada vez más grande, Syd Barrett parecía perderse en las drogas. Se dice que su abuso al LSD dañó sus neuronas de forma irremediable, haciendo insostenible trabajar con él en las grabaciones y conciertos ya que olvidaba cómo tocar algunas canciones, por lo que poco a poco fue siendo reemplazado por su viejo amigo David Gilmour, vocalista y guitarrista. Además, su comportamiento errático e impredecible hizo que su salida de la banda fuera definitiva.

A pesar de que Barrett intentaría luego volver a la escena musical con dos álbumes en solitario, fracasó en el intentó cuando éstos pasaron desapercibidos: “The madcap laughs” y “Barrett”.

Existe una famosa anécdota acerca de la aparición de Barrett en la grabación del álbum “Wish you were here”, específicamente durante la canción “Shine On You Crazy Diamond”, dedicada a Barrett. Los integrantes de la banda cuentan que éste se apareció sin previo aviso, con un aspecto totalmente diferente a como lo recordaban hacía siete años: con una abundante caballera, cejas gruesas y un indudable atractivo físico, lo que hizo difícil reconocer el hombre que ahora se presentaba ante ellos: calvo, con las cejas afeitadas y ropa más ancha de lo normal.

Éste hecho sin duda marcó a sus compañeros, pues en el álbum “The Wall” (1979) el llamado protagonista “Pink” no es nada más ni menos que una representación Syd Berrett (aunque también con anécdotas personales de Roger Waters, el compositor de todas las canciones del álbum).
Después de la música, Barrett se dedicó a hacer lo que hacía antes de Pink Floyd: Pintar. Vivió toda su vida con su madre, y los últimos años de vida, antes de morir por un cáncer de páncreas, estuvo al cuidado de su única hermana, quien afirma que para entonces Syd Barrett no era consciente de haber pertenecido a una banda (y no cualquier banda).

A pesar de su pronta salida de la banda, la presencia de Barrett siempre estuvo presente, pues innumerables canciones fueron inspiradas y dedicadas a él, desde el primer álbum “The dark side in the mood” hasta el último “The Division Bell”.

¿Sabías que todo iba a ir tan mal para ti?
(Did you know...it was all going to go so wrong for you?)

¿Y viste que todo iba a ir tan bien para mí?
(And did you see it was all going to be so right for me?)

¿Por qué te dijimos entonces que eras siempre el niño dorado, y que nunca perderías esa luz en tus ojos?
(Why did we tell you then you were always the golden boy then, and that you'd never lose that light in your eyes?)


Poles Apart – 1994.