lunes, 14 de mayo de 2018

Peaky Blinders (Temporada 1) - RESEÑA



Es una serie británica que narra las peripecias de una familia por mantenerse a flote en el bajo mundo.
Los Shelby alias los “Peaky Blinders” son una familia preocupada por los negocios: las apuestas ilegales de caballos y el contrabando de tabaco y alcohol. Luchan por mantenerse unida y leal en medio de las oleadas de violencia que provienen de otros mafiosos e incluso de la misma policía, que sin escrúpulos, busca hacerlos caer.

Esta serie cuenta con solo seis capítulos por temporada. Y es una magnificencia desde el primer minuto, que nos muestra personajes fuertes y bien logrados.

Está Thomas “Tommy” Shelby, quien el primer capítulo asume el mando de la familia, pues su hermano mayor, Arthur, y quien por ser precisamente el mayor debería ser el líder, no demuestra tener la fuerza e inteligencia para seguir manteniendo tal cargo.

Tommy es callado, duro y atormentado. Sin embargo, contiene la suficiente precisión y astucia para hacer que las cosas funcionen.

Por su parte, su hermano mayor, Arthur, tiende a ser algo más ingenuo, tonto y poco visionario. Aun así, parece ser menos duro que su hermano, y esto, bueno, podrá ser bueno o malo dependiendo de quién mire.

El siguiente hermano en la escala biológica, es John, quien es el más joven (y no sé muy bien en qué momento engendró cuatro hijos). Es fuerte, pero más llevado por las emociones y por lo tanto, no tan calculador como Tommy.

En último lugar está el niño, Finn, quien lo único que hace es ir detrás de sus hermanos mayores, intentando aprender el negocio familiar. Pero, visto lo visto, en cuestión de negocios familiar, no hay ningún reparo en la edad. Pues las otras familias también enseñan desde pequeños a sus hijos a “arreglar” los negocios.

La única mujer de todos los hermanos es Ada. Pero no hay mucho más que decir que su comportamiento responde a su edad de adolescente: se involucra con el mejor amigo de Tommy, y comienza a ser una pequeña carga en el resto de capítulos.

Por último, está uno de los integrantes de la familia más importantes: Polly. La tía de todos (por parte de madre). Se nos muestra como la matriarca de la familia, pues es fuerte, decidida, calculadora y la voz de la razón cuando está se va al carajo por parte de Tommy. Pero aun así no actúa como una líder, tomando decisiones y dando órdenes. Si no como alguien que mira desde las sombras e interviene cuando cree que es necesario.

Otro personaje importante es el nuevo jefe de policía que llega a la ciudad a poner orden: Chester Campbell. Quien es un policía decidido a acabar con la “maldad” que abunda en esta ciudad. Sí, algo así como un Eliot Pez. Solo que con menos moral, escrúpulos y sus deseos de justicia se traducirían a deseos personales por infringir dolor.

Un personaje también importante es Grace. Quien representa al personaje que debe despertar la bondad en Tommy. No hay más. Se nos trata de vender como un personaje complejo que debe luchar entre su rol como policía encubierta y su enamoramiento por Tommy.
Pero volveré sobre esto más tarde.

Peaky Blinders cuenta, a mí parecer, con tres grandes cosas a favor: fotografía impecable, música que te hace sentiré en otro lugar y que funciona muy bien con la escena en la que se enlaza. Y actuaciones creíbles.

La historia está bien construida. Hay drama, puntos de giro, escenas que te cortan la respiración por el suspenso, sorpresas no sospechadas, pero con algunos baches en el camino, causados, a mí parecer, por querer forzar un romance innecesario.

Tommy y Grace se van a enrollar. Lo vemos a kilómetros de distancia. Tommy perderá la cabeza por ella. La serie lo muestra y no se abstiene de advertirnos desde el primer capítulo.
“Le romperé el corazón” le dice ella. “Ya lo tengo roto”, responde él. Excelente dialogo. De hecho tomé pantallazos porque me moló un montón. Pero hacer todo el asunto bastante obvio y predecible a medida que avanzaba la historia, obviando los detalles de la historia en la que ella lo iba a traicionar haciendo de soplona,  no me pareció creíble en muchos momentos.

Y es que, vamos, entra una persona nueva al negocio. Empieza a hacer preguntas, les respondes a todas las preguntas y luego le dices: “en este negocio no se hacen preguntas”. Pero luego vuelve la misma temática, y no solo sigues respondiendo a las preguntas, si no que voluntariamente le das información, asumiendo total confianza a esa persona… Es como: ¿en serio? ¿No hay nadie más que lo vea? ¿Dónde está Polly? Convenientemente ha desaparecido del negocio referente a este asunto en específico.

 En toda la trama están tratando de mostrarnos como Tommy perderá la cabeza por ella, están evidente, tan obvio, que resulta burdo hasta el punto de que se asemeja a cualquier película romántica dominguera. Al menos hubiesen intentado mostrar a Tommy más resistente… pero él solo está ahí, yéndose sin sospechar un solo instante. Y cuando sospecha, como la escena de la Iglesia donde le dice que ella ha mentido referente a ser una chica católica, lo hace solo para pedirle que si quiere ser su secretaria. De nuevo, ¿en serio?

Creo que todo lo demás está bien. Pero este amorío, a menos que sirva para algo importante en las próximas temporadas, no es más que un bache innecesario.

Lo hubiesen hecho con un policía encubierto hombre, habrían tenido los mismos resultados y hasta hubiese molado más todo el asunto de la lealtad y el honor.

domingo, 7 de enero de 2018

El 6 de enero Syd Barrett cumpliría 72 años.

Líder y cofundador de Pink Floyd.

Su nombre real es Roger Keith Barrett, pero adoptó el “Syd” inspirado en el cómico Sid James.
Fue invitado a unirse a la banda conformada por Rick Wright, Nick Mason, y Roger Waters llamada “Sigma6”, pero al integrarse Barrett propuso cambiar el nombre a The Pink Floyd Sound, (que más tarde solo sería Pink Floyd) inspirado en dos músicos de blues: Pink Anderson y Floyd Council.

Rápidamente se convirtió en el líder de la banda, con su personalidad histriónica y su locura creativa, era capaz de atraer el foco de la gente, y pronto, el de los estudios Abbey Road. Marcando así el éxito inicial de la banda con los dos álbumes: The Piper at the Gates of Dawn (1967) y A Saucerful of Secrets (1968).

Lamentablemente, en la década de los setenta, mientras la banda se iba haciendo cada vez más grande, Syd Barrett parecía perderse en las drogas. Se dice que su abuso al LSD dañó sus neuronas de forma irremediable, haciendo insostenible trabajar con él en las grabaciones y conciertos ya que olvidaba cómo tocar algunas canciones, por lo que poco a poco fue siendo reemplazado por su viejo amigo David Gilmour, vocalista y guitarrista. Además, su comportamiento errático e impredecible hizo que su salida de la banda fuera definitiva.

A pesar de que Barrett intentaría luego volver a la escena musical con dos álbumes en solitario, fracasó en el intentó cuando éstos pasaron desapercibidos: “The madcap laughs” y “Barrett”.

Existe una famosa anécdota acerca de la aparición de Barrett en la grabación del álbum “Wish you were here”, específicamente durante la canción “Shine On You Crazy Diamond”, dedicada a Barrett. Los integrantes de la banda cuentan que éste se apareció sin previo aviso, con un aspecto totalmente diferente a como lo recordaban hacía siete años: con una abundante caballera, cejas gruesas y un indudable atractivo físico, lo que hizo difícil reconocer el hombre que ahora se presentaba ante ellos: calvo, con las cejas afeitadas y ropa más ancha de lo normal.

Éste hecho sin duda marcó a sus compañeros, pues en el álbum “The Wall” (1979) el llamado protagonista “Pink” no es nada más ni menos que una representación Syd Berrett (aunque también con anécdotas personales de Roger Waters, el compositor de todas las canciones del álbum).
Después de la música, Barrett se dedicó a hacer lo que hacía antes de Pink Floyd: Pintar. Vivió toda su vida con su madre, y los últimos años de vida, antes de morir por un cáncer de páncreas, estuvo al cuidado de su única hermana, quien afirma que para entonces Syd Barrett no era consciente de haber pertenecido a una banda (y no cualquier banda).

A pesar de su pronta salida de la banda, la presencia de Barrett siempre estuvo presente, pues innumerables canciones fueron inspiradas y dedicadas a él, desde el primer álbum “The dark side in the mood” hasta el último “The Division Bell”.

¿Sabías que todo iba a ir tan mal para ti?
(Did you know...it was all going to go so wrong for you?)

¿Y viste que todo iba a ir tan bien para mí?
(And did you see it was all going to be so right for me?)

¿Por qué te dijimos entonces que eras siempre el niño dorado, y que nunca perderías esa luz en tus ojos?
(Why did we tell you then you were always the golden boy then, and that you'd never lose that light in your eyes?)


Poles Apart – 1994.